En los primeros años del siglo XIX eran frecuentes en Inglaterra las “chloroform parties”, en las cuales los invitados se sentaban alrededor de una taza de cloroformo y aspiraban de ella hasta volcarse sobre el suelo. 

Por otro lado, el médico Simpson de Edimburgo fue el obstetra de la Reina Victoria de Inglaterra, el cual hizo que ingiriera Cloroformo para prevenir el dolor del parto de su hijo el príncipe Leopoldo, convirtiéndose así en el primer médico que empleó dicha sustancia como anestésico general ingerido. , causando cierta consternación pública debido al pasaje bíblico “con dolor darás a luz tus hijos” (Génesis 3:16).

 Simpson rebatió el anterior argumento con otra cita bíblica, haciendo notar que la primera operación quirúrgica conocida se realizó con anestesia: “El Señor hizo caer a Adán en un profundo sueño” (Génesis 2:21).

En los seres humanos, el cloroformo afecta el sistema nervioso central (el cerebro), el hígado y los riñones si las personas inhalan aire o beben líquidos que contienen grandes cantidades de cloroformo. El más potente de los anestésicos por inhalación es el ciclopropano, utilizado por primera vez en 1934.

 "El cloroformo es un halogenuro, de allí la relación de la anestesia con los grupos funcionales".