Adicción a la Nicotina

    Fumar cigarrillos constituye la forma predominante de adicción a la nicotina en todo el mundo. Actualmente la mayoría de los cigarrillos en el mercado mundial contienen entre 1 y 2 miligramos (mg) o más de nicotina.

    Al inhalar el humo, el fumador promedio ingiere 0,8 mg de nicotina por cigarrillo, sustancia que llega a los pulmones, con las partículas de alquitrán asociadas; de ahí, pasa a la sangre.

    Posteriormente, entre diez a sesenta segundos, la nicotina atraviesa la barrera hematoencefálica y penetra en el cerebro.

    El influjo de la nicotina en las sinapsis dura varios minutos promoviendo una excitación persistente de las neuronas involucradas, efecto que se debilitará cuando la sensibilidad por exceso haga acto de presencia.

    La causa de que la nicotina cree adicción está en que, aunque inicialmente las neuronas gabaérgicas a las que se acopla liberan el neurotransmisor ácido gamma amino butírico (GABA) que controla la liberación de dopamina en las neuronas vecinas, si aquellas son sobre-nicotinizadas, entonces la secreción del neurotransmisor se limita, con lo que la excitación dopamínica de estas otras neuronas aumenta.

    La consecuencia de lo anterior a largo plazo es que las célula adaptan su bioquímica, y esto ocurre en dos fases: primero crecen los receptores de nicotina, por lo que aumenta la secreción de dopamina. Sin embargo, con el tiempo las neuronas reaccionan de forma menos inmediata a la nicotina, por lo que las necesidades de ingerir más cantidad aumentan.

 

 


De las aproximadamente 3000 sustancias que contiene el cigarrillo, solo la nicotina crea dependencia.

 


Actualmente la mayoría de los cigarrillos en el mercado mundial contienen entre 1 y 2 miligramos (mg) o más de nicotina; en consecuencia, cuando el fumador inhala el humo ingiere 0.8 mg aproximadamente de nicotina por cigarrillo.