Enfermedades derivadas del consumo de sacarosa

Es importante destacar, que el consumo en exceso y también la carencia en el organismo de la sacarosa o azúcar de mesa, puede ocasionar graves enfermedades como la diabetes.

Dicha enfermedad se produce cuando una persona tiene una elevada concentración de azúcar en la sangre, y no tiene asistencia médica, generando de esta manera un desorden en el metabolismo.

En el organismo siempre habrá un poco de glucosa en la sangre, ya que las células toman la glucosa y la convierten en la energía que necesitas para vivir. Pero demasiada glucosa en la sangre no es buena para la salud.

 

Un órgano llamado el páncreas controla la cantidad de glucosa en la sangre. El páncreas fabrica insulina, que ayuda a que la glucosa vaya a las células del cuerpo. Sin embargo, en las personas con diabetes, el páncreas produce poca o ninguna insulina o el cuerpo no la utiliza bien. Por eso la glucosa se acumula en la sangre y no puede llegar a las células. La glucosa en la sangre sube demasiado y entonces la diabetes puede dañar otras funciones vitales del organismo.

 

 


Tipos de Diabetes.

  • Diabetes de Tipo I: El páncreas no produce, o produce poca insulina.
  • Diabetes de Tipo II: Las células del cuerpo no responden a la insulina que se produce.
  • La diabetes gestacional: se produce durante el embarazo, puede conducir a graves riesgos para la salud de la madre y su bebé y aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 más tarde en la vida.

Todos los tipos de diabetes requieren de una estrecha colaboración entre los afectados y sus proveedores de atención médica; con el fin de evitar una serie de costosas complicaciones peligrosas, que pueden provocar daños en los ojos, los riñones, los pies y el corazón, y, sin tratamiento, dar lugar a una muerte prematura.


¿Cómo se controla la Diabetes?

 

La clave para cuidar la diabetes es mantener la glucosa sanguínea lo más cercano posible a lo normal. La mejor manera de hacerlo es comiendo alimentos saludables, haciendo ejercicio todos los días, manteniendo un peso saludable, tomando las medicinas indicadas por el médico tratante, y chequeando constantemente la glucosa sanguínea en el organismo.

 

Es posible que las personas con diabetes tipo 2 necesiten insulina o pastillas que ayuden a que la insulina de su cuerpo trabaje mejor.

 

Muchos alimentos contienen carbohidratos. Los alimentos que contienen granos integrales, la leche baja en grasa, las frutas frescas y los vegetales son mejores selecciones que los panes blancos, la leche entera, las bebidas de frutas endulzadas, las sodas, las papas fritas, los dulces o golosinas y los postres.

Se debe aprender a comer las cantidades correctas para mantener estable la glucosa sanguínea.

Come raciones pequeñas y mantente activo para prevenir un aumento de peso y mantener tu glucosa sanguínea en un nivel saludable.

Las enfermedades y el estrés también pueden elevar la glucosa sanguínea, mientras que la insulina, las pastillas y el ejercicio la bajan.

 

 

 


¿Por qué es necesario controlar la diabetes?

 

Con el pasar de los años, la diabetes puede crear problemas de salud. Los vasos sanguíneos se dañan, lo que puede causar un ataque al corazón en personas jóvenes.

 

La diabetes puede dañar otros órganos del cuerpo, lo que puede resultar en ceguera, fallo de los riñones, pérdida de las piernas o, los pies, problemas con las encías o pérdida de dientes.

 

Es por ello que se debe controlar la diabetes a través de una alimentación saludable, realizando ejercicios rutinarios para mantener un peso adecuado, y cumpliendo con el tratamiento médico idóneo. Pues solo de esta manera, la enfermedad no causará daños mayores a otros órganos del cuerpo humano.

 

 


La hipoglucemia

 

La falta de azúcar en la sangre, también puede generar una enfermedad conocida como hipoglucemia; la cual es un estado patológico que consiste en un nivel anormalmente bajo de azúcar en sangre, considerándose anormal una concentración inferior a 60-70mg/dl en la sangre.

La hipoglucemia puede suceder de repente. Por lo general es leve y puede tratarse de manera rápida y fácil al comer o beber una pequeña porción de alimentos ricos en glucosa. Si la hipoglucemia no se trata, puede empeorar y causar confusión, torpeza o desmayo. La hipoglucemia grave puede causar convulsiones, coma e incluso la muerte.

 


La hipoglucemia causa síntomas tales como:

 
 

La hipoglucemia también puede producirse durante el sueño. Algunas señales de la hipoglucemia durante el sueño incluyen

  • LLorar a gritos o tener pesadillas
  • Encontrar pijamas o sábanas húmedas por transpiración
  •  Sentir cansancio, irritabilidad o confusión después de despertarse.
 
Esta disminución se puede producir debido a tres circunstancias:
  •  El organismo consume la glucosa presente en la sangre con demasiada rapidez.
  • La glucosa es liberada al torrente sanguíneo demasiado despacio.
  • Se libera un exceso de insulina al torrente sanguíneo.
  • Comidas o meriendas que son demasiada pequeñas, tardías u omitidas.
  •  Aumento en la actividad física.

 


Para prevenir la hipoglucemia se debe: 

  • Comer y tomar los medicamentos a tiempo.
  • Comer suficientes alimentos para la dosis de medicamentos que se este tomando.
  • No ingierir bebidas alcohólicas, con el estómago vacío.
  • llevar contigo algún alimento que tenga hidratos de carbono para comerlo en caso de que se retrase alguna comida.
  • Se consciente de la hora del día - tu nivel de azúcar en la sangre será más bajo antes de una comida.
  • Planear ejercicios fisicos.
  • Reportar al médico todos los episodios de hipoglucemia inexplicable.

 


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Recordemos que...

La glucosa viene de la comida que se ingiere. También la fabrican tu hígado y tus músculo.

 


Para saber...

 

La insulina es una hormona fundamental que actúa como una llave, que abre la cerradura de las puertas de las células del cuerpo para que la glucosa (azúcar en la sangre) pueda entrar y sea utilizada como energía.

 


Para que la insulina sea efectiva deben cumplirse dos condiciones:

1. Que el páncreas segregue insulina en cantidad suficiente. 
2. Que las células la identifiquen y permitan su acción.