Efectos de su consumo excesivo

 

    Medicinalmente, se clasifica el alcohol etílico como hipnótico, es decir, que produce sueño, siendo menos tóxico que otros alcoholes.

 

     El alcohol etílico en el organismo, produce inicialmente sensación de relajación y de alegría, pero el consumo posterior provoca una visión borrosa y problemas de coordinación.

    Además el consumo excesivo de alcohol disminuye los niveles de vitamina B1 del organismo, lo cual puede generar la aparición de la enfermedad Wernicke- Korsakoff, que provoca alteraciones de los sentimientos, pensamientos y memoria de la persona; ya que es un trastorno cerebral provocado por la deficiencia de tiamina.

 

“La ebriedad se produce cuando se incrementa la cantidad de alcohol en la sangre”.

 

     Cuando una persona ingiere alcohol etílico, dicho compuesto se oxida en el hígado acetaldehído, el cual a su vez se oxida en ácido acético, y por último a dióxido de carbono y agua. 

     En consecuencia, el consumo de grandes cantidades de etanol causa la acumulación de grandes concentraciones de acetaldehído en la sangre, lo cual puede provocar a un brusco descenso de la presión sanguínea, aceleración de los latidos del corazón y resaca. También, el exceso de acetaldehído en el organismo, puede ocasionar una lesión en el hígado denominada cirrosis, siendo una enfermedad mortal.

 

     En definitiva, el etanol no es un estimulante, sino un depresor del sistema nervioso central.

      La euforia y desinhibición son los primeros efectos psicológicos de su consumo, pero a medida que aumenta el rango de tolerancia del organismo, éstos son reemplazados por otros menos agradables.

     Aquellas personas con baja autoestima, inseguridad son los más expuestos a caer en el consumo excesivo de alcohol o crear una dependencia a él.  Esto, porque el alcohol actúa como un sedante en el sistema nervioso central, reduciendo las células nerviosas del cerebro, alteración que inicialmente se traduce en una leve euforia y menor inhibición. Y precisamente estas sensaciones agradables son las que incentivan su consumo.

 

Cantidad de alcohol en la sangre y sus efectos:

  •   0,5 g/l: Euforia, sobrevaloración de facultades y disminución de reflejos.
  •  1 g/l: Desinhibición y dificultades para hablar y coordinar movimientos.
  •   1,5 g/l: Embriaguez con pérdida del control de las facultades superiores.
  •   2 g/l: Descoordinación del habla y de la marcha y visión doble.
  •   3 g/l: Estado de apatía y somnolencia.
 

"Los alcoholes son subproductos normales de la digestión y de los procesos químicos en el interior de las células, y se encuentran en los tejidos y fluidos de animales y plantas".


 El grupo de dos carbonos y cinco hidrógenos fue llamado “Grupo Etílico”, y como este grupo está presente en el alcohol del vino, por esa razón se le asignó la denominación de Alcohol Etílico en el año 1850 aproximadamente.


 La ausencia del apetito cuando se ingieren bebidas alcohólicas, se debe al aporte abundante de calorías que proporciona el etanol al organismo (7 kcal por gramo de alcohol) con escaso valor nutritivo, es decir, su presencia en el organismo no nutre pero tiende a saciar el hambre; por lo que su excesivo consumo puede generar hasta la desnutrición.


¡Impresionante!: 

El tiempo que tarda el hígado en metabolizar el alcohol para una persona adulta con 75 kg de peso, es de una bebida cada 75 minutos.


 El acetaldehído o etanal

 Es un compuesto orgánico de fórmula CH3CHO, contiene el grupo CHO por eso lo convierte en aldehído.